Errores típicos de una startup

Como en la jungla, en el mundo de las startups sobrevive el más fuerte. Solo unas pocas startups consiguen pasar de los cuatro años de vida, el resto de grandes ideas se quedan en el camino debido a los numerosos errores en los que los emprendedores suelen caer.

Existen numerosas barreras que dificultan el crecimiento de una startup. Aun teniendo la idea más creativa, un emprendedor se encontrará con numerosos problemas a lo largo de su carrera. Como es de entender, no todo puede salir perfecto, del fracaso y los errores también se aprende.

“Lo único que hay peor que comenzar algo y fracasar es…no comenzar nada”

Uno de los principales problemas es no enfocar bien la estrategia, centrarse en captar financiación en lugar de enfocarse en el producto y en las necesidades del cliente. La piedra angular de todo empresa es el cliente. Conocer bien las necesidades del cliente es fundamental para poder ofrecer un producto acorde a sus necesidades. De nada sirve crear un producto tecnológicamente perfecto si nadie está interesado en él o no cubre ninguna necesidad.

Aprender de los errores, de la propia experiencia e investigar qué cosas han salido mal y porque. No prestar atención en los errores es un fallo que muchas startups cometen. No hay mejor experiencia que aprender de los propios errores para no caer en ellos otra vez.

Otro de los grandes problemas es no saber elegir el equipo adecuado. Este problema es realmente importante, debido al reducido tamaño de las startups. Hay que saber elegir las personas adecuadas para cada departamento, que tengan la misma motivación y compromiso que tú y que quieran crecer junto a la empresa.

No tener visión de futuro significa no tener ilusión en tu proyecto. Hay que ser realista, y establecer objetivos medibles, pero también ilusión y ambición. Tener una actitud positiva frente a la vida, acudir al trabajo con ganas y motivación, es la forma de afrontar tu proyecto para que todo salga adelante.  

Gamificación para tu empresa

 

La gamificación es la implementación de mecánicas jugables en entornos ajenos a un juego. Esta sería la definición de este término que está cogiendo importancia en los últimos años, y del que todos hablan.

Se trata de una técnica que se aplica en las empresas, para mejorar la productividad y la motivación de los trabajadores. A su vez es también una herramienta de marketing muy útil para conseguir engagement, fidelizar a nuestros clientes e incrementar la participación de la comunidad.

Se trata de hacer más atractiva una tarea sencilla, con el fin de incentivar a través de premios, medallas o logros, la productividad de tus empleados. Además, incentiva la participación de tus empleados o clientes, ya que con esta técnica, transformas una tarea monótona en un juego, y muchas empresas se han dado cuenta de ello. 

La gamificación es una excelente herramienta para fomentar la cultura de la empresa y fortalecer la imagen. Aunque se trata de un término relativamente nuevo, ya son muchas las empresas las que han empezado a utilizar juegos con el fin de crear una comunidad participativa, que ayude a  mejorar la productividad.

También está cogiendo fuerza en procesos de selección de personal. Muchos jefes de recursos humanos, someten a los candidatos a diferentes juegos, con el fin de simplificar el proceso de selección a través de juegos que demuestran el compromiso y el conocimiento de la cultura de la empresa por parte de los nuevos candidatos.

Se trata de una herramienta muy económica, que te permite motivar a las personas de tu entorno, y ahórrate mucho dinero en la contratación de personal externo para realizar aquellas tareas poco atractivas a los ojos de tus empleados o clientes.

Te presentamos algunos casos de éxito, que han ayudado a aumentar la productividad de la empresa y el engagement de la misma. 

La inversión en I+D en España

Durante los últimos años, la inversión en I+D en España se ha reducido drásticamente, todo lo contrario que ocurre en Europa, donde se ha visto aumentada en un 25% desde el 2008. Mientras la mayoría de los países destinan por encima del 2% del PIB (como marca la unión europea), España no llega ni al 1.5% (solamente el 1,2% del PIB español va destinado a I+d)

Además las previsiones para los próximos años no son buenas, y se estima que en el 2020 podremos volver a niveles de inversión similares a los del 2009, muy lejos de los niveles de nuestros vecinos europeos.

Esta disminución en la inversión, no se debe solamente a la crisis generalizada del país, sino que se debe a la falta de prioridad de I+D por parte de las políticas del estado.

Por comunidades, los puntos donde más ha crecido la inversión son Aragón (55% respecto al 2013) Cantabria con un 16% y La Rioja con un 14%; en cuanto a la caída más drástica, la Comunidad Valenciana se lleva la palma con un 48% de descenso respecto al 2013

Este descenso en la inversión en I+D supone un inconveniente y una piedras más en el camino de los jóvenes que deciden emprender para dar forma a un proyecto profesional y que no disponen de los fondos necesarios.

Debido a la estructura económica del país, que se solventa en gran medida por el turismo, la inversión en I+D pasa a un segundo plano. Esto agrava más aún la situación y supone que el sector no tenga un futuro demasiado prometedor.

La diferencia con el resto de países de la unión europea se verá más acrecentada con los años si no se observa un plan para rectificar esta situación, lo que puede provocar una fuga de profesionales y proyectos a países con mayor facilidad y prosperidad para el sector de la investigación y el desarrollo.